Canciones y literatura: O como descubrir a Thelonius Monk gracias a Cortazar


Para este especial de fin de semana se nos ocurrió cambiar un poco las cosas, y pensando en los lugares de donde vienen las canciones, nos dimos cuenta que los libros están en nuestros preferidos. En sus páginas hay personajes, paisajes, pero también bellas melodías que nos ayudan a meternos un poco más en el mundo que los escritores nos ceden tan generosamente. Un amigo del blog Nico Ferrario nos narrará su acercamiento con el jazz gracias a la pluma de Cortazar. Los dejamos con un texto que huele a whisky, a tabaco y a una pertinaz llovizna. Bienvenidos.

"No se ustedes, pero a mí me llena de enorme tristeza que el curso lógico de la vida no pueda ser alterado en ciertas excepciones otorgando la inmortalidad a quienes serían capaces de saber aprovecharla. Sería maravilloso poder llegar a casa, prender un cigarrillo y sentarme leer algo que todavía no haya leído de Julio Cortazar, aunque este no termine gustándome. O poner Charlie Parker y sorprenderme con lo que sigue, fruto de su hermosa improvisación. Sería maravilloso, pero el curso lógico de la vida tiene un final común para todos, el mismo cierre, la misma nota, la misma palabra.

En 1963 Julio escribe “Rayuela” para contarnos, entre otras cosas, que además de La Maga, la mujer de nuestros sueños, pueden existir otros amores imposibles en nuestra vida como Hugo Wolf, Louis Armstrong, Igor Stravinsky, Erik Satie y el ya nombrado Charlie Parker. En “Rayuela” Julio también nos presenta, a todos los ajenos, a Thelonius Monk, quizá el mejor pianista de jazz de todos los tiempos. O quizá no. Para poder saberlo, Julio nos invita a sacar nuestras propias conclusiones.

Hoy me volvió a resultar hermoso volver a casa, prenderme un cigarrillo y sentarme a leer Haruki Murakami, quien lejos de sufrir el don de la vida eterna, supo recordar esa vieja invitación que alguna vez Julio Cortazar ya me había hecho. Quizá esa sea la inmortalidad en los tiempos de hoy. Quizá sea una buena noche para escuchar al mejor pianista de jazz de todos los tiempos, Thelonius Monk. Quizá."