
Cure for Pain, segundo disco de Morphine hace todo el trabajo. La banda deja de ser una novedad local sorprendiéndonos a todos en medio de la noche con un sonido que jamás habíamos escuchado. Desinteresadamente y sin pretensiones Morphine nos limpia de una pasada algunos de los sonidos más penetrantes de la década anterior. La ausencia de guitarra genera un agujero negro que va aspirando lentamente nuestros oídos mientras nosotros no entendemos nada. ¿Cómo es? Un power trío de bajo con slide, saxo y batería con un cantante que parece proyectar la voz desde una migraña crónica, que tienen a la vez influencias del blues más roñoso, el jazz de taberna y la poesía beatnik pero suena de alguna manera suave. La mejor definición la da el propio Mark Sandman que lo nombra como low rock y para entender un poco de qué habla alcanza con I´m Free Now.