
Y aquí tenemos a Palo, eterno jinete del under, que cabalga la escena porteña desde hace más de 25 años surcando un enorme arco iris, pasando primero por los colores oscuros de Don Cornelio, luego por los tonos fosforescentes y difusos de Los Visitantes, hasta llegar a esta luminosidad total de Ritual Criollo, donde Palo muestra su inoxidable capacidad de parir hermosas canciones acústicas, simples, criollas desde ya.
Quizá una de las cualidades más lindas de Palo es que siempre suena auténtico, y el profundo amor por lo que hace se percibe en cada palabra. Y qué mejor ejemplo de esto que Oficio del cantor, una bella cancion pretendidamente autorreferencial:
"Ay, oficio del cantor, que sabe abrazar
placer, también dolor
pues cantar es un gesto de valor
para comunicar locura y esplendor
siempre la pasión y el amor que viene y va."