Whisky a-co-co


Un viernes a las 21 horas en auto por la panamericana me pongo histérico. Me pega el viejazo como una piedra en el parabrisas. Dondé está, donde quedó la música. No me quiero mentir más, no puedo sentir nada escuchando canciones de las que nunca sabré el nombre, de un disco sin tapa, desde un reproductor que ya no veo atrás de la ventana del word en una máquina que emite un sonido eléctrico y lechoso desde unos parlantes que no sé donde mierda están. ¿Están? No puedo. Todo el día hago eso, escucho música desde un lugar horrible. Y eso sigue en el auto donde la cosa no mejora aunque ahí haya otra adrenalina y otra soledad. Sin embargo ese viernes venía escuchando Los Petardos.

Son de Puerto Rico y con el mismo mugroso mp3 de siempre de repente siento. Lo sentí, me llegó otra vez. Esas canciones, aunque estén comprimidas, huelen a bebida blanca en la alfombra, a sala de ensayo húmeda, se siente el humor, el volumen, los instrumentos. Se siente. La cosa orgánica de la cosa, canciones simples. Como bajador de música compulsivo hoy me reciclé un poco. Con un par de canciones tengo para un buen rato más de Gardens & Villa, Phenomenal Handclap Band o cualquiera de las cientos de hermosas bandas que escuché gracias al mp3.

El disco está para bajar gratis
, aparece Stuka (Violadores) como invitado. En esta canta Ana Cristina (Icaro Azul) pintándola con algo de Mimi Maura.